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viernes, 25 de abril de 2014

No pudo ser

Finalmente no pudo ser.
Demasiados caballos para un solo jinete, han hecho que alguno siempre estuviera desatendido. La única solución fue liberar a uno de ellos, y la KLR se fue a recorrer nuevos caminos con otros dueños.

Otro rato, con más tiempo, contaré alguna experiencia irrepetible vivida con ella, que merece la pena compartir.

Larga vida para ella y que caiga en buenas manos.

Adiós…

En Panticosa, nuestra última escapada juntos

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