Páginas

viernes, 25 de abril de 2014

No pudo ser

Finalmente no pudo ser.
Demasiados caballos para un solo jinete, han hecho que alguno siempre estuviera desatendido. La única solución fue liberar a uno de ellos, y la KLR se fue a recorrer nuevos caminos con otros dueños.

Otro rato, con más tiempo, contaré alguna experiencia irrepetible vivida con ella, que merece la pena compartir.

Larga vida para ella y que caiga en buenas manos.

Adiós…

En Panticosa, nuestra última escapada juntos